Tus manecillas se mueven
en su adiós lento y redondo.
Anciano
de luna llena,
caminante del retorno.
Tu acompasado tic tac
es como un beso en el viento.
Amigo siempre puntual,
carpintero del silencio.
Despiertas a los dormidos,
abuelo de paso lento,
y con tus largos bigotes
le haces cosquillas al tiempo.
Caminas en tu compás
horas, días, meses, años.
Nunca detienes tu marcha
y no te sientes cansado.
Poema de Abel Guerrero
(Papá, me compras un mar.
El perro y la rana)
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