Obra de teatro El Nietecito de Jacinto Benavente

EL NIETECITO
de JACINTO BENAVENTE

Estrenada en el Teatro del Príncipe Alfonso el 27 de Enero de 1910.
(Comedia en un acto inspirada en un cuento de los hermanos Grimm).

PERSONAJES

MARTINA
JUAN
EL ABUELO
EL Tío SATURIO
EL NIETO
EL NIETECITO


ACTO ÚNICO
Casa pobre.


ESCENA P R I M E R A

MARTINA y JUAN
MARTINA: Te digo que no hay paciencia...
JUAN: Pero, mujer... ¿Y qué quieres que yo le haga? Es mi padre...
MARTINA: ¡Tu padre! ¡Tu padre I Razón para que no anduviera murmurando de mí por todo el pueblo. Ayer tuve una muy gorda en el arroyo con la Patro, la de Matías el sordo..., hoy he tenido otra en la Plaza con la del tío Piporro... Y es tu padre, que va diciendo por ahí que aquí le tratamos como a un perro, después de haberle gastado la hacienda... ¡Buena cuenta hubiera él dado de todo! Ya veíamos el paso que llevaba... Si nosotros no nos hubiéramos hecho el cargo... y de mí, ¿qué motivos tiene para que jarse...? El es quien me trata como a una cualquier cosa, y siempre está gruñendo por todo... Yo, ¿en qué le falto? Dilo tú... ¿Le falto yo en algo a tu padre? Dilo, hombre...Que parece que le quieres dar la razón todavía... Esto me faltaba... Seré yo la que está demás en esta casa... ¡No es eso!
JUAN: ¡Calla, mujer! Si yo no digo nada... Lo que te digo, es que a las personas en llegando a cierta edad hay que dispensarlas más de cuatro cosas. Padre va para los ochenta... Pero él quiere hacerse la ilusión de que todavía puede valerse y de que es muy nuevo... Y como está hecho a mandar siempre en todos y a que todos le obedezcamos, no se hace a verse arrinconado...
MARTINA: Para lo que le conviene ya sabe valerse, ya. En casa, mucho lloriquear y mucho quejarse de achaques...; pero para andar por ahí de corro en corro á despellejarnos, bien terne está. Ahora mismo estará en la sola na con todos los holgazanes, y cuchareteras del pueblo, contándoles si le damos de comer en un rincón y si duerme en el suelo sobre un montón de paja... Como si estuviera para dormir en una cama... para caerse como la otra noche y que nos dé un susto, ni se le pudiera poner á la mesa, para romperlo todo, que me ha dejado sin platos y sin vasos... Hasta la cazuela de barro me ha roto esta mañana... Así es que le tengo esta escudilla de madera para que coma...
JUAN: ¡Mujer! ¡La del perro!
MARTINA: La he fregao muy bien... Nos dejaría sin cazuelas... Está too temblón... Y que yo creo que lo bace adrede pa desesperarme.
JUAN: ¡Mujer! Eso no.
MARTINA: Todos los viejos tienen muy mala intención... Y tu padre la ha tenido siempre conmigo; pa ver que tú y yo tengamos cuestiones. Se goza en eso.
JUAN: ¡Mujer!
MARTINA: Mira ande viene Antolíu... Se lleva el chico pa que le oiga hablar mal de nosotros... A bien que me lo cuenta too...

ESCENA II

Dichos, EL ABUELO, EL NIETO
ABUELO: No corras, demonio... Me trae a la rastra. . . Condenao de chico. , .
NIETO: Pa qué está usté tan viejo...
ABUELO: ¡A ver si te doy! ¿Es este el respeto que tieés a tu abuelo! Por supuesto, así te enseñan. No tienes tú la culpa, no.
MARTINA: Eso, eso. Soliviante usté también al chico.
ABUELO: ¿Os parece decente cómo me trata! Delante de todos me ha levantao la mano.
JUAN: ¡Antolín!
ABUELO: Si uno de mis hijos se hubiera atrevió a tanto con mi padre..., la mano le corto...Ya lo creo.
MARTINA: Gomo vuelvas a ir con el abuelo a parte ninguna... ¿Qué te tengo dicho? NIETO: Si es él el que quiere llevarme siempre consigo... y no quiere que me aparte de su lao... y yo me canso... no quiere más que estar sentao.
ABUELO: Y él no quiere más que hacer barrabasadas... Con todos tiene que meterse... Anda, anda, que buena crianza te están dando. Ya verás cuando tengas que ir a servir a un amo o a servir al rey, ya aprenderás, ya...
NIETO: ¡Ay, madre!
MARTINA: ¿Qué te pasa?
NIETO: Que el abuelo siempre me está diciendo que me van a pesar mucho cuando sea grande.
MARTINA: No sabe más que atemorizar al muchachito. ¡Se goza en eso!
ABUELO: Le digo lo que tié que pasar, pa que lo sepa, que no es hijo de rico.
MAETINA: Pasará lo que pasamos tos...; pero no sé qué saca usté con decírselo. Calla, mi rey...Que el abuelo no sabe lo que se dice...
ABUELO: Así, así... pa que me respete... Anda, pégame, hijo... pa dar gusto a tu madre... que quisiera verme muerto...
JUAN: Vamos, padre,
ABUELO: Y hace bien. Si mi hijo se lo consiente... Pa que tu madre, que en gloria esté, delante de mí le hubiera faltao a mi madre, que Dios perdone... Pué que del primer zurrío...
MARTINA: Los viejos no se acuerdan ustedes de tiaa. Siempre creen ustedes que en su tiempo oran otras cosas.
ABUELO: En mi tiempo había más respeto a los padres y más temor de Dios.
MARTINA: Tampoco los viejos serían tan casquivanos, ni querrían presumir de mozos.
ABUELO: Mi padre murió de noventa años, y, mientras vivió, en nuestra casa no se oyó más voz que la suya...
MARTINA: Claro está. Como que le dejaron ustedes solo y así murió, con el perro al lao por toda compañía...
ABUELO: ¡Mientes, deslenguada, mientes!
MARTINA: El deslenguado y el escandaloso es usted, que nos anda desacreditando con too el pueblo... A mí y a su hijo...
ABUELO: Lo que hago es no decirle a nadie lo que yo paso... cuando tóos mo dicen que no debiera pasar por ello.
MARTINA: Los que quisieran gobernar en la casa de uno, como si en la del que más y el que me nos no hubiera que poner orden...
JUAN: Bueno. ¿Queréis dejarlo ya"! Calla tú, y usté, padre... Vamos a comer, que es la hora...
MARTINA:Too está listo.
JUAN: Pues a comer.
ABUELO: Yo, a mi rincón.
MARTINA: Aquí tié usté.
NIETO: La cazuela del perro.
MARTINA: ¿Te pues callar, condenao
ABUELO: Esta no se rompe; ya pues estar tranquila.
MARTINA: Así nos quitamos de disgustos. ¿No te gusta?
JUAN: Es que no tengo gana. Almorcé mucho.
NIETO: Póngame usté más, madre.
MARTINA: Toma... ¿Lo ve usté? Si hubiera sío de barro... Luego dirán...
ABUELO: Es que hoy estoy más temblón que nunca... No sé qué tengo...
MARTINA: ¿Qué ha de tener usté? Lo que tendremos todos si Dios no se acuerda antes de nosotros. . Años...
ABUELO: Años y penas... que es lo mismo, cuando a la vejez no hay el consuelo de los hijos...
MARTINA: Quéjese usted. 'Quiere usted más?
ABUELO: No... no quiero más... Toma... no se caiga otra vez...
JUAN: ¡Ea!..., yo voy pa la herrería, que dejé un piro a afilar...
MARTINA: ¿No quieres la ensalada?
JUAN: No.
MARTINA: No has comió nada. ¿Qué tienes?
JUAN: ¿Qué he de tener? (Sale.)
MARTINA: ¿Qué ha de tener? Que usté ha de desazonarnos a todos...
ABUELO: Yo tenía que ser... ¡Ay, si los hombres supieran ser hombres! Cría hijos con las fatigas del mundo, pa que cualquier mujer los gobierne luego... que le pegarían a uno, si ella se lo mandaran...
MARTINA: Así me paga usté más de cuatro cuestiones que yo le evito con su hijo. A usté hay que dejarle...
ABUELO: Más dejao que estoy...
NIETO: Déme usté otro cacho de pan, madre.
MARTINA: Toma... Y ahí te dejo con el abuelo... A ver si no tenemos pelea...
NIETO: Yo voy con usté, madre...
MARTINA: Que no vienes..., que voy a llegarme a casa de una vecina que está muy mala... y no hace falta chicos...
NIETO: Yo no me quedo con el abuelo.
MARTINA: ¡Mira que te doy!
NIETO: Ya le diré a padre que me ha pegao usté por culpa del abuelo.
ABUELO: Sí, sí... Contra mí todos... Toda mi sangre…
MARTINA: Ahí se queda usté. (Sale.)

ESCENA III

EL ABUELO, EL NIETO

ABUELO: ¿No me das un cacho de pan?
NIETO: Si usté ya ha comió.
ABUELO: Anda, anda, que era por probarte la voluntad... y por si podía comer en esta casa un cacho de pan que no fuera amargo...
NIETO: Que no me haga usté miedos, abuelo.
ABUELO: ¿Yo...? ¡Pobre de mí! (Asoma a la puerta el tío Saturio. Sale el Nieto.)

ESCENA IV

EL ABUELO, EL TÍO SATIRIO

SATURIO: La paz de Dios, Ave María...
ABUELO: Sin pecado... ¡Ali! Que eres tú, Saturio
SATURIO: Yo mesmo,
ABUELO: ¿De ande vienes?
SATURIO: De ande mismo siempre... ¡Que! ¿No está la Martina !
ABUELO: Mismo ahora salió... ¿Cómo te pinta?
SATURIO: Viviendo vamos... ¿Y usté?
ABUELO: No tan bien como tú. Que tú al fin y a la postre... te bandeas solo…
SATURIO: ¡Tan solo!
ABUELO: ¿Supiste de tus hijos?
SATURIO: De ninguno de ellos sé, va pa tres años... ¡siete hijos escarriados por el mundo! De alguno sé que vive muy regularcitamente… Le escribí por si en algo quería valerme...
ABUELO: Y no tuviste respuesta... ¡Y tus hijas?
SATURIO: Esas son peores... que aún tienen valor para pedirme a mí... sabiendo cómo vivo, de las buenas almas... que van faltando más cada día...
ABUELO: Ese es el consuelo... Que a mí aun me dolería más bailar caridad en los extraños, cuando no la tienen mis hijos... No habiéndola en parte denguna, señal será que no la hay en el mundo...
SATURIO: Mala cosa es llegar a viejo; pero nunca creí recibir este pago.
ABUELO: ¿De los hijos, dices? No esperes otro. Muchias veces de mozuelos... andábamos a nidos y nos traíamos pa casa las nidadas de pájaros... y los poníamos en jaulas..., y era de ver cómo los padres venían de muy lejos para dar de comer a sus hijos... y no les asustaban nuestras voces ni nuestros cantazos... Pero una vez que cazamos a los padres y dejamos en el nido a los hijos que ya volaban..., denguno vino a ver a los padres... Entonces no tenía uno capacidá… Pero bien había que aprender..., bien...Que si en el mundo tuviera que ser que los hijos fueran los que cuidaran a los padres, y no los padres a los hijos, ya se hubiera acabao el mundo, tío Saturio...
SATURIO: ¡Qué razón tié usté! Yaya... conservarse, que cuando Dios no se acuerda de nosotros, por algo será... Luego daré la vuelta por si tién voluntad de dejarme algo... que usté ya sé que no puede...
ABUELO: ¿Qué voy a darte yo? Que te mires en mí, que peor que tú lo paso... en casa de mis hijos...
SATURIO: Con Dios, abuelo.
ABUELO: Anda con Dios, Saturio...

ESCENA ULTIMA

EL ABUELO, MARTINA y JUAN; luego EL NIETO
JUAN: Entra pa casa y no me sofoques...
MARTINA: Pero, ¿no lo ves tú? ¿No lo estás viendo? ¡Que en todas partes tengan que decirme algo por la culpa de tu padre...!
JUAN: Si no fueras ande no te llaman...
MARTINA: ¿Qué le ha ido usté contando a la de Críspulo?
ABUELO: Yo, na. ¿Tú crees que no se sabe too en el pueblo? Yo nada digo, no por ti, por mi hijo... que más vergüenza pasaría yo de contarlo que vosotros de liacerlo y él de consentirlo...
MARTINA: Pero, ¿tú, oyes...?
JUAN: Calla, que...

(Entra el Nieto con unos pedazos de madera, un martillo y clavos.)

NIETO: Padre... Déme usté unos clavos pa apañar esto.
JUAN: Déjame ahora... ¿Qué andas haciendo ahí?
NIETO: Esto...
JUAN: ¿Qué es eso?
NIETO: Una escudilla como la del perro...
JUAN: ¿Eh? ¿Y quién te ha mandao a ti...? ¿Pa qué haces eso?
NIETO: Pa daros de comer cuando seáis viejos como el abuelo...
ABUELO: ¡Ah! ¡Los hijos!
JUAN: ¿Eh? ¿Qué dice este hijo?
MARTINA: ¡Jesús!
JUAN: Ya lo oyes...
MARTINA: ¡Señor!
JUAN: Nos está mereció, nos está merecío... Ven acá... ¡Padre! ¡Perdóneme usté, perdóneme usté!
MARTINA: sí, señor. ¡Perdónenos usté!
ABUELO: Ya lo veis..., ya lo veis... Todo se pasa. Hijo eres, padre serás; cual hiciste, tal tendrás. . .
JUAN: Ven a pedir perdón al abuelo y a quererle mucho y a respetarle mucho... como yo...
ABUELO: Como tú me respetes, eso es..., no como tú le digas...
MARTINA: Se sentará usted a la mesa... aunque lo rompa usté too, y tendrá usté su buena cama; y tú... ya estás tirando eso...
JUAN: No... Aquí siempre..., siempre delante... como en un altar...
NIETO: Yo no creí hacer mal alguno.
ABUELO: No, hijo mío..., al contrario... Mucho bien, mucho bien has hecho... Ven que te dé un beso. Ahora sí, ahora eres mi nietecito...
¡Bendito seas!


TELÓN

4 comentarios: